1° Campeón del Mundo de Ajedrez


Wilhelm Steinitz (1836-1900)

Steinitz en 1866




Wilhelm Steinitz nació en Praga, que en aquella época pertenecía al imperio Austro-Húngaro, en la época en que Luís Charles de la Bourdonnais brillaba con luz propia. Tras abandonar los estudios de ingeniería se dedicó a jugar al ajedrez profesionalmente. De carácter hosco, independiente, sus primeros tiempos en el ajedrez mostraban un jugador combinativo y audaz, en consonancia con el espíritu de la época. Sin embargo, sus progresos implicarían un cambio revolucionario en la historia del ajedrez, a punto tal que podemos considerarlo como el primer jugador en tratar de sistematizar el juego posicional y estratégico, lo que le permitió superar a sus rivales de la época y demostrar que mas allá de su vanidad de proclamarse campeón del mundo, tuvo la capacidad y el talento necesario para sustentar dicha pretensión. Pero, adentrémonos en la historia propiamente dicha...
En 1866, Steinitz vence al gran ajedrecista Adolf Anderssen (creador de las famosas partidas "Inmortal" y "SiempreViva" ) en un match por 8-6, tras lo cual se auto titula como "Campeón del mundo", lo que no fue muy tenido en cuenta por sus colegas de la época. Pasaron los años en los cuales disputa algunos matchs, venciendo en todos ellos a sus rivales. En 1883 se disputa un torneo en Londres que es ganado por Zukertort, en gran forma, lo que llevó a este jugador a proclamarse asimismo como campeón. Naturalmente, Steinitz no estaba dispuesto a consentir esto, por lo que desafió a Zukertort a un match para dirimir la supremacía mundial. Este match recién pudo disputarse en 1886.
El extraordinario encuentro se disputó en tres ciudades distintas. La primera etapa en New York, la segunda etapa en la ciudad de San Luís (Estados Unidos), finalizando la disputa del match en New Orleans. Cabe destacar que Steinitz había adoptado la ciudadanía norteamericana desde tiempo atrás.
Si bien Steinitz comenzó ganando la primera partida, Zukertort logró derrotarlo en las siguientes 4, por lo que nadie dudaba ya que éste seria proclamado campeón del mundo. Sin embargo, haciendo gala de una estupenda fuerza moral e ímpetu, Steinitz logra emparejar el match en 4½ puntos. Llegados a la última etapa, Steinitz, como una aplanadora, logra obtener una abismal diferencia de 5 puntos y termina +10-5=5 coronándose como el primer campeón del mundo, ahora sí con el reconocimiento de toda la afición ajedrecística.
Le tocaría defender su título 3 años más tarde ante el talentoso y original Mihail Tchigorin en un match que se disputó en La Habana, Cuba. Este extraordinario e irregular ajedrecista, capaz de producir las mas bellas partidas, como de cometer las torpezas mas inverosímiles lo había vencido ya en 3 de las 4 partidas que habían disputado entre ellos previamente. Steinitz no dudó en enfrentarlo, lo cual habla de su espíritu de cabal deportista, cualidad que lo acompaño a lo largo de toda su carrera. El match resultó bastante parejo hasta la partida numero 13, donde el campeón logró una serie de 3 victorias consecutivas, lo que le permitió imponerse con cierta holgura final. (+10-6=1).
Hacia fines de 1890 se concertó un nuevo match, esta vez contra Isidoro Gunsberg, de origen Húngaro. El match, que también fue pactado al mejor de 20 partidas, finalizó con la ajustada victoria de Steinitz quien se impuso por dos puntos (+6 -4 =9).
El mundo ajedrecístico tendría la oportunidad de observar uno de los encuentros más apasionantes de la historia cuando Steinitz y Tchigorin se enfrentaran en el match revancha que se llevaría a cabo en 1892, nuevamente en la ciudad de La Habana. El encuentro sería ganado por quien llegase a 10 victorias. Ingresando a la partida 23, el encuentro favorecía a Steinitz por +9 -8 =5. Tchigorin necesitaba ganar para igualar el encuentro, en cuyo caso, tal como estaba estipulado, ganaría el campeonato quien lograse 12 victorias. Tras plantear un gambito rey y obtener una clara posición ganadora (con pieza de ventaja) Tchigorin comete un error garrafal lo que le hace perder la partida y el match al recibir un mate instantáneo. Tras esta victoria Steinitz buscó obtener un match con el alemán Tarrasch quien lamentablemente no aceptó la oferta pues adujo que le perjudicaría en su actividad como médico.
En 1894 le tocaría enfrentarse al ascendente Emmanuel Lasker, de 26 años de edad. Steinitz, que contaba con 58 años por entonces, no dudó en enfrentarlo, haciendo gala de una indudable ética deportiva. Tras un comienzo parejo (dos victorias por lado y algunas tablas) a partir de la séptima partida, Lasker logra 5 victorias consecutivas que marcarían a la postre la diferencia final en el match. El indomable Steinitz amagó una recuperación ganando la 13º y 14º partidas, pero fue en vano, ya que el joven Emmanuel logró liquidar definitivamente el pleito con sus victorias en las dos siguientes partidas. Steinitz Intentó la revancha en 1896, pero como no podía ser de otra manera sufrió una dura derrota a manos de quien estaba comenzando una brillante carrera de 27 años en la cúspide absoluta del ajedrez mundial.
Sin embargo durante largo tiempo, la estrella de Steinitz continuó brillando, logrando algunas victorias y destacadas actuaciones en diversos torneos. Es de hacer notar que Steinitz vivió los últimos años en medio de una delicada situación económica.
Para cerrar esta breve semblanza transcribimos sus propias palabras escritas para un periódico de New York después de su segunda derrota ante Lasker, las que nos muestran una parte de su personalidad: "¿Por qué he sido derrotado en forma tan lamentable? En primer lugar, porque Lasker es el mas grande jugador que he encontrado; posiblemente el mas grande que jamás haya existido. Al afirmar expresamente esto, parecerá que quiero disculparme, rebajando al mismo tiempo a otros rivales, pero soy incapaz de hacer tal cosa refiriéndome a maestros de primer orden. Alguna vez he dicho estas o parecidas palabras, que un maestro tiene tan poco derecho a sentirse enfermo en una prueba, como un general en un campo de batalla. Y permanezco fiel a ese pensamiento".

Se especializó en el estudio de las aperturas, y está considerado el padre del Gambito de dama, que lo renovó por completo haciendo de él un arma temible. También estudió el Gambito Evans, el Gambito de rey, el Giuoco piano, la Apertura escocesa, la Apertura Ponziani, la Apertura española, la Apertura vienesa, la Defensa francesa, la Defensa holandesa, y la Defensa Petrov. Steinitz supo sintetizar y renovar por entero la teoría de su época, y fue uno de los mayores finalistas de todos los tiempos.

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